¿ARTE?
- Sol Martinez
- 15 abr 2020
- 2 Min. de lectura
¿Qué ves cuando mirás lo que estás produciendo? ¿Y lo que produciste? ¿Qué lugar tiene la literalidad en el arte? ¿Es necesario interpretarlo totalmente? ¿Qué de lo que hacés considerás arte? ¿Por qué hay arte y Arte? ¿Qué es lo que le da status a ciertas producciones y a otras no? ¿Se construye de manera individual, o de manera colectiva en un contexto determinado?

Desde el 2012, se conmemora el día mundial del arte el 15 de abril de cada año, a partir de una propuesta de la Asociación Internacional del Arte, en honor al nacimiento de Leonardo Da Vinci. A partir del crecimiento exponencial de internet y de los diferentes programas que permiten, a través de sus herramientas, producir y generar diversos tipos de contenido, nos encontramos frente a la posibilidad casi infinita de la creatividad. Podemos sacar fotos con nuestro smartphone, editarlas en Photoshop, filmar también y después editar con Premiere. Podemos diseñar y dibujar con Illustrator, hacer un poco de música con Ableton, y combinar todas estas disciplinas para producir contenidos muy diversos. Y, por supuesto, podemos publicar nuestras producciones en casi cualquiera de las plataformas disponibles, con la posibilidad potencial de que lo escuchen millones de personas alrededor del mundo. ¿Cuáles son los límites? ¿Por qué se llega y por qué no? Si bien las posibilidades se multiplican constantemente, eso no quiere decir que todos podamos "hacernos conocidos". La democratización del acceso no necesariamente garantiza la democratización de la difusión, en la que se ponen en juego recursos económicos, conocimientos técnicos y conocimientos de mercado, con una mínima medida de suerte. Y eso es algo que podemos mejorar, sí, pero no modificar. O al menos no ahora. Lo que sí podemos hacer es seguir creando y disfrutando de hacerlo. Y para eso es necesario romper con la idea del Arte con mayúscula, lo que consiste en desarmarlo como una mamushka y ver que al final, por dentro no hay nada. No sé qué es arte y qué no lo es, pero sí creo que no tiene que ver únicamente con producciones solemnes.
Una vez, un profesor de la facultad me dijo que el arte es un choreo infinito. Y estoy absolutamente de acuerdo. Hay un inmenso debate alrededor -y recomiendo investigar-, pero no viene al caso que ahonde demasiado. No me refiero a la discusión entre original y copia, y todo el asunto del aura que leímos de Benjamin hasta el cansancio, sino que me refiero a la posibilidad de ser originales, de crear cosas nuevas. Creo que es casi imposible. Por supuesto que esas nuevas creaciones no son una copia exacta de otras, pero sí conservan huellas de otras producciones anteriores, de manera inconsciente o no, y se combinan hasta el hartazgo. Entonces, en líneas generales, están quienes dicen que sí es posible la originalidad y se desviven hasta alcanzarla, y quienes creemos que eso es una ilusión. Y que sea una ilusión no es necesariamente malo. Es necesario que sigamos robando ad infinitum para que el arte siga existiendo.
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